LOS BARES MÁS ANTIGUOS DE BEUNOS AIRES

Los bares antiguos siguen vigentes en la Ciudad de Buenos Aires

Cuatro de los cafés más populares siguen en Buenos Aires

Los bares; Los Galgos, La Academia, El Gato Negro y La Giralda son Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Dos de ellos todavía mantienen su estructura original. El Gobierno de La Ciudad subsidió a otros bares para la refacciones.


No sólo son añejos, sino también emblemas de su barrio, leyendas arquitectónicas y testigos de una época que pasó. Cuatro de los bares declarados sitios de interés cultural por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires son; Los Galgos, Lavalle 1799,La Academia, Avenida Callao 368, La Giralda, Avenida Corrientes 1453 y El Gato Negro, también en Corrientes al 1669. Los cafés como La Academia y El Gato Negro tuvieron refacciones en sus locales en cambio los otros dos mantienen su estructura original desde hace 70 años.
Los porteños y los bares son una rara mezcla que se diluye en el tiempo de un cortado. Hay unos 53 bares considerados notables, que son Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Entre ellos, se encuentra uno de los más antiguos café Los Galgos, fundado en 1930 por José Ramos, que hoy se hacen cargo sus tres hijos; Horacio, Alberto e Inés. En un 90 por ciento se conserva como en su versión original. Tiene tres entradas: una da a la avenida Callao, otra a Lavalle y la tercera está en la misma esquina, en Ochava. El bar pertenece a dos barrios; Balvanera y San Nicolás. “Me encanta este lugar, siempre que vengo a la Argentina tomo un café acá”, afirmó Mark Frank, un turista Suizo que le preguntaba al dueño donde podía comprar las tazas grandes de café.
Otro bar que no fue reformado en la década de 1990, es café La Giralda, abierto desde 1944 en Corrientes y Uruguay. Este bar es famoso por su especialidad chocolate con churros, y por sus mesitas de mármol. “Una vez vino Javier Portal y se cayó de la silla y Teresa Parodi comenzó a reirse”, comentó Guillermo Orellano, un mozo santiagueño que trabaja hace más de 20 años en el bar.
Uno de los cafés refaccionados fue El Gato Negro, fundado en 1927, su dueño actual es Jorge Crespo. El bar mantiene el estilo de un almacén, donde se exhiben distintas variedades de especias, cafés, tés, hierbas y condimentos.
Tiene un primer piso, sus mesas son redondas de maderas y la particularidad que tiene el bar, es que el café está tostado artesanalmente en las antiguas tostadoras. “El Gato Negro existe porque tres generaciones lo mantuvieron y no porque la Ciudad lo haya cuidado”, afirmó su dueño.
Otro de los bares renovados es La Academia, donde antes de su fundación en 1930 era una caballeriza de una funeraria.
La particularidad del bar son las 14 mesas de billar que tiene al fondo y los juegos de mesa como naipes, dados, backgammon, entre otros.
“Es una verdadera sala de juegos pero no se hacen campeonatos de poll”, argumentó Raúl Pacheco, un joven que junto con sus compañeros vienen todos los días a jugar después del colegio.



El Gato Negro entre la historia y los aromas

Entre ramas de canela, azafrán de primera calidad, pimienta rosada y té de jengibre, en El Gato Negro se respira algo más que las especias de todo el mundo que venden desde hace 80 años. Apenas se cruza la puerta de Corrientes 1669 se puede observar un almacén antiguo y elegante con su notable exhibición de cafés, tes, semillas aromáticas, hierbas y condimentos.
Sus mesas pequeñas, redondas de maderas forman el conjunto perfecto para disfrutar de un café con amigos y familiares.
“Cuando entras al bar perdes la noción del tiempo, desde la ventana ves pasar a la gente apresurada y vos acá como si nada”, comentó Graciela Acuña, una señora de unos 70 años que se entretiene leyendo el diario y tomando un café con granos de Cuba.